domingo, 13 de marzo de 2011

¿A dónde van los pájaros cantores?

Un martín azul hembra porta un geolocalizador en miniatura sobre su espalda. Los investigadores de la Universidad de York montaron los dispositivos en 34 pájaros cantores para rastrear sus viajes migratorios. El código de color de las bandas colocadas en las patas del ave sirve para identificarla a su regreso.

 

Por primera vez se rastrea el viaje migratorio de los pájaros cantores, con la ayuda de pequeños localizadores adheridos a sus lomos.

 

Estas aves son demasiado pequeñas para poder seguirlas con satélites, por lo que hasta ahora nunca se había descifrado su ruta completa ni la velocidad exacta en la que viajan.

 

Según una investigación realizada en la Universidad de York en Toronto, en conjunto con National Geographic Society, las aves vuelan tres veces más rápido de lo que se creía: "pensábamos que los pájaros volaban hasta 150 kilómetros en un día, pero gracias a los geolocalizadores descubrimos que llegan a recorrer hasta 500 kilómetros en 24 horas", comenta la bióloga responsable del estudio, Bridget Stutchbury.

 

¿Cómo funcionan los geolocalizadores?

Hasta ahora nunca se había podido saber la ruta exacta de los pájaros cantores, pues son demasiado pequeños para rastrearlos con satélites, como se hace convencionalmente con otras especies. Los nuevos localizadores utilizados para la investigación son lo suficientemente pequeños como para montarse sobre el lomo de las aves, sujetos con finos cordones que llegan hasta las patas. Al detectar la luz al momento del amanecer y atardecer, el localizador registra la latitud y longitud de donde se encuentran las aves cada día. "Es un concepto muy simple, pero el desafío era hacer que los localizadores fueran tan pequeños que las aves pudieran cargarlos sin sufrir restricciones para volar". El creador de la tecnología es un grupo de investigadores del British Antarctic Survey, que logró miniaturizar los aparatos al tamaño de una moneda de un centavo de dólar, con un peso de 1.5 gramos.

 

Los geolocalizadores se montaron en 14 zorzales del bosque y en 20 martines azules para registrar su migración desde Pensilvania hasta Sudamérica, y de vuelta, durante el año pasado. Aunque a su regreso únicamente se lograron recuperar los geolocalizadores de cinco zorzales y dos martines azules, estos sirvieron para reconstruir rutas migratorias individuales y saber los lugares en donde hibernaron.

 

Más descubrimientos

Además de que viajan más rápido de lo que se estimaba, la migración de los pájaros cantores ocurre de dos a seis veces más rápido en primavera que en otoño. Un martín azul que tardó 43 días para llegar a Brasil durante la migración de otoño, en primavera regresó a sus colonias de cría en sólo 13 días. "Nunca hubiéramos imaginado que un pájaro que se fue de Brasil el 12 de abril regresara para finales del mes a Estados Unidos. Es increíble", comenta la bióloga, quien piensa que tal vez las aves se apresuran a regresar en la primavera para encontrar aparearse. Los investigadores también descubrieron que las aves hacen paradas prolongadas durante la migración de otoño. Los martines azules se quedaron de tres a cuatro semanas en Yucatán antes de continuar hasta Brasil, y cuatro zorzales pasaron entre una y dos semanas en el sureste de Estados Unidos a finales de octubre, antes de cruzar hasta el Golfo de México. "Hasta ahora no sabíamos adónde iban. Desaparecían en el invierno y regresaban en primavera. Es maravilloso haber podido abrir esta ventana a su travesía", dice Stutchbury.

 

El estudio también reveló que los zorzales del bosque de una sola cría no se dispersaron durante la hibernación: los cinco pájaros recuperados estuvieron en una brecha al este de Honduras o en Nicaragua. Este tipo de datos indica que ciertas regiones son importantes para la conservación de esta especie, que ha disminuido en un 30 % en los últimos 40 años. "Rastrear a los pájaros hasta sus áreas de hibernación también será esencial para predecir el impacto que tiene la pérdida de hábitat tropical por deforestaciones y cambios climáticos. Será interesante saber cómo la calidad de hábitat influye en su migración", comenta la bióloga de la Facultad de Ciencias e Ingeniería de York.

 

Controversia

A pesar de los datos recuperados en el estudio, existen aspectos que no resultan satisfactorios. El 90 % de los martines azules sujetos a la investigación no pudieron recuperarse, al igual que sólo cinco de los 14 zorzales del bosque. Stutchbury no sabe si esto está relacionado con los localizadores. "Es una cuestión de suerte. No creemos que los dispositivos afecten de ninguna manera a las aves, como para que no logren regresar. Sin embargo, no podemos asegurarlo. Haremos otra prueba este año con más pájaros cantores, y si no logramos recuperar más, no volveremos a hacer pruebas". Stutchbury también asegura que el peso del geolocalizador descansa sobre la base de la columna del ave, por lo que no interfiere con el balance del pájaro; además, durante un periodo de observación no hubo cambios en sus hábitos para criar, buscar comida o poner huevos.

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